Es la una de la madrugada del uno de enero del año lunar. Acabamos de dejar atrás el año del Caballo, que ha sido excelente para nosotros y empezamos el de la cabra.
Acabamos de terminar la ceremonia tradicional de despedida del año, que no consiste precisamente en comerse doce uvas. Por supuesto en Hai phong y otras ciudades hay fiesta en la calle, con espectáculos en directo y fuegos artificiales para recibir el año , iy unos atascos monumentales!, igual que en España, pero este año, con Mati, no era cuestión de andar de farra por ahí, así que he tenido la oportunidad de ver como se despide y recibe el año a la manera tradicional.
Hemos preparado en la azotea una ofrenda para despedir al Dios del año saliente y dar la bienvenida al Dios del año entrante. También hemos dado la bienvenida a los tres dioses que viven en la cocina y que hace una semana se fueron, a lomos de un pez cada uno, a informar al Emperador de Jade sobre como nos fue el año pasado.
En la ofrenda hay cinco frutas cada una de un color distinto, flores, caramelos, arroz, sal, incienso, aguardiente de arroz y dinero...el dinero es falso porque después se quema para que el humo se lo lleve a los antepasados y al Dios saliente.
Cuando hemos salido a la azotea de la casa me ha sorprendido ver en todas las azoteas de alrededor la misma ceremonia, y si la casa no tenía azotea, en el patio, y si no, en la calle.
Por supuesto por la mañana hemos tenido almuerzo toda la familia...y mañana más. Mañana hay que repartir el dinero de la suerte...Li xi.
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