Cimbrel Atlético de Hanoi

Aventuras de un socio del Atleti, colmenareño y naviego en extremo Oriente

miércoles, 25 de mayo de 2011

Aires de Galicia, con aroma a chorizo, en Vinh Yenh

No os podéis imaginar lo que echo de menos O Carballiño en Vinh Yenh: el pulpo, el Ribeiro, especialmente el Viña Mein, el licor café, el gimnasio debajo de mi casa para estar en forma, Santiago de Compostela y Ourense a dos pasos, lo relativamente cerca que estaba de Navia, lo relativamente lejos que estaba de Colmenar , el magnífico proyecto del Ourense Lalín, con sus quince viaductos y trece túneles, la Dirección de obra, los Contratistas, sobre todo a Sacyr y a Mº Luz y sobre todo cada uno de los compañeros de trabajo del ACO Carballiño, profesionales increíbles y mejores personas.

Ayer matamos un poco la morriña con los chorizos que Sergio, gallego de pro, tuvo a bien traer en su último viaje. Los trajo de dos tipos, normales y ceboleiros, para el que no sepa lo que son los últimos que visite Ourense que es precioso, y los aderezamos con unos huevos fritos y unas patacas, también fritas. Para compensar tanto frito lo acompañamos con Jamón de recebo, queso, aceitunas y gazpacho.

Si no fuera por estos momentos de recuperación de la memoria culinaria no se que sería de nosotros. Por cierto, hace un calor insoportable.


miércoles, 4 de mayo de 2011

Pagoda del Perfume

Este fin de semana pasado ha sido más largo de lo normal. El lunes y el martes fueron festivos, casi como en Madrid. En realidad los festivos fueron el sábado, 30 de abril, trigesimosexto aniversario del fin de la guerra del Vietnam, o de la American War como la llaman aquí, y el 1 de Mayo, fiesta del trabajo, que por supuesto es festivo en este paraíso del comunismo real. Como fueron sábado y domingo lo pasaron al lunes y el martes.

El lunes nos fuimos a la Pagoda del perfume. En realidad es un conjunto de pagodas situadas a 60 km de Hanoi a orillas del río Perfume. Tienen la gracia de que se llega en barca y que están en medio de un parque nacional con una vegetación muy bien conservada.




Era la única excursión habitual organizada para turistas que nos faltaba por hacer, así que allí nos fuimos, por hacer algo, porque como podéis ver ultimamente no hacemos nada.


En el grupo de once que se formó había cuatro españoles, dos chilenos y un argentino, curioso.



Llegamos rápido y nos montamos en la barca, un poco incómoda. Estuvimos 45 minutos en el río. No conviene olvidar en estas excursiones la gorra y el protector solar. Me acordé de lo primero, pero no de lo segundo, así que tenemos un bonito color rojo en los brazos y en la cara, como si tuviéramos la rubeola. Se de lo que hablo porque hay epidemia y en la oficina han caído ya siete, incluyendo Cristian que se pasó cuatro días en el hospital. La primera que la cogió, Huong, también estuvo cinco días en el hospital, pero como es vietnamita, en vez de compartir habitación como Cristian, tuvo que compartir cama con otra enferma, afortunadamente con la misma enfermedad.

Pues eso, que recorrimos el río y llegamos a la pagoda. Hay un teleférico para subir. Hay que cogerlo para subir, porque la cuesta es importante y más si hace calor. Para bajar se puede hacer andando, el paseo es de media hora.



La pagoda que se visita está dentro de una cueva espectacular. Como Pagoda no vale mucho, pero la cueva si es impresionante. Hay muchos viets porque el lugar es muy sagrado para ellos.



Después de comer visitamos otra, parecida a la mayoría. Bonita también.