Cimbrel Atlético de Hanoi

Aventuras de un socio del Atleti, colmenareño y naviego en extremo Oriente

domingo, 1 de febrero de 2015

De boda por Nam Dinh y sus iglesias

El fin de semana pasado estuvimos de boda en la provincia de Nam Dinh, y más concretamente en el distrito de Nghia Hung, a unos 130 km al sur de Hanoi (190 desde VInh Yen). La provincia está en la desembocadura del río Rojo, que al final de su curso se divide en muchísimos brazos. El distrito de Nghia Phuc está junto al mar.



La boda era de una de las personas que más aprecio en Vietnam, Hung, antiguo conductor del coche de la empresa que siempre uso y que me mantuvo sano y salvo por las carreteras de Vietnam, sin un solo incidente, hasta que se enamoró, durante cuatro años.

Al enamorarse, como ya no tenía la cabeza centrada, nos paró la policía tres veces por exceso de velocidad, así que decidió dejar el trabajo porque se iba a arruinar con las "multas", y eso que la ahora esposa es policía.. Hung es sin duda, la persona con la que más tiempo he pasado en Vietnam, disfrutando de las ocho horas de viaje de ida a Lao Cai, donde acababa nuestro proyecto y los dos días de vuelta, al venir por el proyecto cada pocas semanas. Ahora, con la carretera abierta, desde mi oficina a Lao Cai se tarda menos de tres horas.

Como digo estuvimos todo el fin de semana, sábado y domingo. Fue una boda tradicional. El sábado la fiesta para los amigos y familia del novio en su casa, mientras la novia tenía la suya en su casa. El domingo por la mañana, el novio fue a buscar a la novia y la trajo a su casa, quedando así casados tras una pequeña ceremonia donde se intercambiaron anillos y la familia de la novia enseñó las joyas, a mode de dote, con las que "enviaba" a la novia.

Tradicionalmente, los recién casados viven con la familia del novio y la novia pasa a formar parte de esa familia, "dejando" de pertenecer a la suya. Todo el proceso tiene un transfondo "machista" bastante obvio, aunque actualmente no se lleve tan a rajatabla.


Aquí están los novios, mientras un locutor profesional nos va describiendo las bondades de la pareja.


Estos son los preparativos, con los niños inflando globos, pues las bodas se celebran en las casas, en carpas que se instalan en el patio, si hay, y si no, en la calle, que no se duda en cortar. (He visto varias veces una carpa de boda ocupando parte de la Carretera Nacional II).

Y aquí el menú del segundo día, por supuesto, regado única y exclusivamente, con aguardiente de arroz. Esta es la parte que peor llevo de las bodas, porque todos los hombres de la familia, incluyendo la extensa, quieren brindar con el extranjero, especialmente cuando la boda es en el campo.

Como digo la boda fue en un distrito rural junto a la desembocadura del Rojo. Lástima que el arroz no estuviera plantado, porque aquí también es invierno, pues el paisaje debe de ser precioso. Hay canales, ríos y lagos por todas partes.


Y el mar está también ahí, con sus chiringuitos de aire muy decadente, al menos en invierno:



Donde estuvimos no había playa, solo un malecón.

De todas maneras lo que me dejo impresionado de Nam Dinh, y estoy seguro que solo por eso la provincia merece una visita, son sus iglesias católicas. No se que explicación tiene el que haya iglesias enormes, neobarrocas, neogóticas, inspiradas en las catedrales españolas y francesas, en medio del delta del río rojo, en un país de tradición budista y taoista, aunque hay un buen número de católicos, después de la evangelización de parte del país por Jesuitas, muchos de ellos españoles, desde el siglo XVI.

Y no solo que sean enormes, es que hay muchísimas....levantas la vista, y como el paisaje es plano, ves dos o tres torres seguro.


 
No hice fotos porque en realidad sólo las vi de lejos, solo esta que veis arriba. pero debajo dejo unas cuantas fotos sacadas de Internet.








¿No es sorprendente?


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