Cimbrel Atlético de Hanoi

Aventuras de un socio del Atleti, colmenareño y naviego en extremo Oriente

martes, 27 de noviembre de 2012

Casi 100



Es verdad, casi 100 entradas ya en el blog, con esta 98. Parece mentira que con lo poco que escribo haya llegado ya a esa cifra… eso quiere decir que llevo mucho tiempo en Vietnam. No se si mucho o poco, en realidad, pero estos días se cumplen tres años de la primera vez que vine…exactamente el 23 de noviembre de 2009 entré en el país por primera vez. Muchas cosas han cambiado en tres años, yo me he casado y el Atleti gana todos los partidos, deja al Madrid muy atrás y acecha al Barça… No sé cual de las dos cosas es más sorprendente.

De todas formas no es de las 100 entradas de lo que quería hablar, era más bien de los casi 100…. Kilos. ¿Quién dijo que la comida vietnamita era sana, natural y adelgazante? No para mi. He engordado 8 kilos desde que llegué y no hay manera de bajarlos. La comida vietnamita no hace mucho y la comida española que ceno todas las noches tampoco…ni el pan del Big C, ni la Hanoi bia, ni los pasteles que prepara Rodrigo de vez en cuando, (antes Cristian), nada, que nada ayuda. Tampoco mi sedentarismo. Aquí el clima es siempre malo, o hace un calor y humedad terribles o hace una humedad y un frío muy desagradable, como ahora, así que no apetece salir a la calle. La verdad es que los Vietnamitas salen a hacer ejercicio ¡A LAS CINCO DE LA MAÑANA! Pero yo no me veo, que queréis que os diga.


Así que a grandes males, grandes remedios. Si no apetece salir a la calle a hacer ejercicio, lo mejor es traerse el ejercicio a casa, donde el aire acondicionado funciona muy bien, así que, haciendo uso de nuestros contactos comerciales en China, me he comprado una bicicleta elíptica, marca Decathlon que ha pasado a formar parte de la decoración de nuestro salón….

Bueno, no tanto, tengo que reconocer que algunas veces monto, aquí tenéis la prueba:



No ha pasado a ser el perchero, como alguna bicicleta estática que conozco…

Me pongo un partido del Atleti y me pongo a trotar con Arda Turán. Que Arda corre, yo corro, que Arda descansa, yo descanso… 45 minutos completos sin parar. Espero que con las nuevas tácticas del Cholo Simeone (Ole, ole, ole), en las que exige sacrificio y recuperación inmediata del balón si se pierde, el ritmo de Arda en los partidos suba y así aumente mi entrenamiento y bajen mis kilos.


Solo tengo que hacer una cosa adicional: COMER MENOS,

Pero no me sale

lunes, 5 de noviembre de 2012

Aprendiendo español

Huóng no es que esté aprendiendo mucho español, tengo que reconocerlo. Tampoco es que yo le esté enseñando mucho, pero eso no quiere decir que no le enseñe cultura española... Mirar que tortillas hace:



Os juro que saben mejor aun que la pinta que tiene, yo creo que es porque utiliza huevos de pato y de codorniz.

Os seguiré informando sobre otros avances de Huòng en el conocimiento de la cultura española

viernes, 2 de noviembre de 2012

La vida continua



Hace tiempo que no escribo, aunque ya me voy acercando a la mítica cifra de las cien entradas, número que no está nada mal, esta es la número 96. Eso quiere decir que, a pesar de lo poco que escribo, llevo mucho tiempo en Vietnam. Este mes hará tres años que vine por primera vez. Uff…En este tiempo mi vietnamita ha mejorado muy poco.

La vida sigue, frenética en el trabajo, que me deja agotado para todo lo demás, como escribir en el blog o contestar los correos que alguno de vosotros me seguís mandando y tranquila en el resto (porque el trabajo me deja agotado). Además ahora Huòng trabaja muchos fines de semana, con lo que no tenemos oportunidad de ir a ningún sitio. De todas formas algo vamos haciendo, os doy algunos ejemplos:

El pasado doce de octubre también celebramos la fiesta nacional de España, seguro más que en España. Cuando estás en España es un día de fiesta más, pero cuando estás a catorce mil setecientos cincuenta kilómetros de Colmenar City (según el google earth) se celebra con un poco más de sentimiento, especialmente si ese sentimiento es potenciado con un par de jamones, una paella inmensa, queso manchego, lomo, salchichón, gazpacho, aceitunas y, detalle inmenso de la embajada, en la que se celebró la fiesta, una fabada. Vale que la fiesta era tarde noche y que la fabada no parece lo más apropiado, pero os propongo hacer la prueba: os alejáis 14.750 km de Asturias, estáis tres meses comiendo arroz y después os ponen una fabada para cenar ¿Quién le hace ascos? Yo no desde luego.

Desde aquí mi agradecimiento a la Embajada  por la fiesta tan agradable que preparó y, sobre todo, por invitarnos, a mí, a Huòng y a toda la troupe de Getinsa, que creo, éramos los más numerosos (y por la fabada claro).


El día veinte tres de octubre, una vez espoleado el sentido patrio y comprobado cuanto echamos de menos los jamones, organizamos un “cocktail” en la antigua casa, donde ahora están Juanjo, Rodrigo, Carlos y Fernando. Bajo la dirección artística de Juanjo y con la magnífica interpretación del salmorejo de Rodrigo, dimos cuenta de unos restos que amenazaban con ponerse malos debido a la humedad y el calor. Acabamos la fiesta bailando el cha ca cha del tren con María, la más joven de la troupe española de Vinh Yen.




Y por último, para espantar los malos espíritus de nuestro proyecto, que falta nos hace, organizamos el día 25 una queimada gallega, con orujo recién traido de Galicia, gracias a Sergio y Carlos, y con aguardiente de arroz. La hicimos de dos tipos para poder comparar, y el resultado fue que la queimada deorujo gallego ganó por goleada.

La queimada fue en un hotel de Vinh Yen, donde antes estuvimos dando cuenta con nuestros amigos coreanos de Posco y el Cliente (EPMU) de un poco de buffet vietnamita. El vino era español y también se acabó.

Aquí os dejo una foto de dos de Betanzos preparando la Queimada.


Por cierto que en esa fiesta descubrí el Gangnam style, que hace furor al menos por esta parte del mundo. No se si en España se conocerá. Os dejo un enlace a you tube.


Nosotros, para contrarrestar le dimos a Paquito el Chocolatero. Los coreanos y viets nos miraron con cara de preocupación.


Hay alguna novedad más, pero lo dejo para otra entrada, quizá mañana que no trabajo. Baste decir que Huòng ha aprendido a hacer unas tortillas españolas de escándalo y que ahora, casi todos los días, desayuna pincho de tortilla. También quiere que las cene, mi tío Manolo lo hacía, pero quizá sea demasiado.