Cimbrel Atlético de Hanoi

Aventuras de un socio del Atleti, colmenareño y naviego en extremo Oriente

miércoles, 27 de octubre de 2010

Fin de semana en familia (Vietnamita)

Hace un par de semanas me invitaron a visitar una ciudad cercana a Hanoi y a pasar el fin de semana en familia. Fue una sorpresa muy grande porque realmente no lo esperaba y sobre todo muy agradable. Me permitió conocer de primera mano como son las familias vietnamitas: abuelos, hijos, nietos todos juntos. Aquí la familia directa no está formada de ninguna manera por padres e hijos, se necesitan abuelos, tíos, primos, incluso cuñados, que viven en la misma casa, hasta que no caben y alguno se tiene que mudar. Por eso son tan grandes las casas.

Empezamos a las 6 de la mañana en el tren. La primera vez que lo cogí. No cre que sea la última a pesar de que fuimos en segunda, los asientos eran bancos de madera y los Viet no tienen ningún rubor en descalzarse y plantarte los pies en tu asiento. Vale que es lento, 100 Km dos horas, pero no más que la carretera, porque no se puede correr y, sobre todo, es mucho más seguro. Viajar en coche y no digamos ya en minibús, da un poco de respeto, cuando menos.

Y nada, llegamos, fuimos a desayunar un buen tazón de sopa (Pho), dimos una vuelta por la ciudad y nos fuimos a la casa de la familia. La primera sorpresa es lo grandes que son las casa. En España no se lo que costarían. Luego la decoración o el mobiliario son espartanos, pero las casas son espectaculares.

Cuando llegamos a la casa era la hora de comer y, tras presentarme al personal, nos sentamos a la mesa…. O no, porque en las familias tradicionales vietnamitas se come a la vietnamita, es decir, sentados en el suelo encima de una alfombra…. No os puedo contar lo “cómodo” que me resultó. A los 5 minutos mi pie izquierdo estaba morado, a los diez minutos, la pierna dormida y a los 15 minutos ya tenía que cambiar la postura apoyando una mano en el suelo, con lo cual no podía comer porque no podía sostener el cuenco. Por supuesto, de alcanzar la comida, ni hablamos…y era una pena porque las gambas, el pescado e incluso las verduras estaban realmente exquisitas. Bien, que no os de pena, al final conseguí apañarme.


La familia estaba compuesta por el padre, la madre, cuatro hijos y cuatro nietos, más dos cuñados… Como os digo comimos todos juntos. Os presento a Min Tao, tiene tres años y me recordaba mucho a mi sobrina Ana porque, aparte de la edad, también dice cosas en inglés…

El domingo fuimos al rastro a comprar plantas, peces de colores y hasta un perro. La verdad es que había de todos los bichos que os podáis imaginar, todo tipo de peces, plantas, etc..y después otra sección de yoga gastronómico, por lo menos yo

En fin, fue un fin de semana muy agradable porque hice cosas normales, no de turista en un hotel. Seguiremos informando….


Información adicional de Hong Kong

Se me olvidó mencionar algo sobre Hong Kong, un olvido imperdonable.

Hong Kong es una ciudad libre de MADRIDISTAS. No vi ni una sola camiseta en los tres días, lo que aumenta considerablemente mi aprecio por esa gran ciudad.

jueves, 14 de octubre de 2010

Un poco de modernidad

Vietnam tiene, sin duda alguna, mucho “sabor y color” local, que lo hacen muy apropiado para venir de vacaciones. La gente viene, está unos días, come la magnífica comida viet, disfruta sorteando motos en las calles de Hanoi, regateando en cada compra que hace, tomando cervezas a 15 céntimos sentados en la acera en sillas que levantan 15 cms del suelo o, por supuesto, visitando Halong Bay, Tam Coc o Sapa. Pero después de 10 días o a lo sumo tres semanas, se vuelve a la monotonía de nuestras vidas aceleradas y modernas…..modernas, modernas….

Modernidad a hora y media de vuelo de Hanoi es lo que ofrece Hong Kong. Nunca imaginé que un café en un Starbucks de diseño futurista, en un rascacielos completamente acristalado, con unas vistas increíbles sobre la principal calle comercial de la ciudad me iba a saber tan bien, o me iba a gustar tanto coger el metro, limpio, organizado, con toda la gente esperando su turno para entrar…No se qué va a pasar en Ho Chi Minh City cuando inauguren el metro. No me puedo imaginar a un Viet esperando su turno para hacer algo.


Hace un par de fines de semana fuimos tres días a Hong Kong y fue un “shock”. Yo lo pongo a nivel de Nueva York, quizá más moderno, porque de hecho lo es. ¡Qué rascacielos! ¡Qué tiendas! ¡Qué metro! ¡Qué parques! ¡Qué garitos! Y por supuesto ¡¡¡¡Qué mujeres de más de 1,50!!!!



No sé muy bien donde está el Comunismo en este paraíso capitalista educado como la Gran Bretaña Victoriana. ¡Hasta circulan al revés!

El primer día lo dedicamos a recorrer las calles de la isla de Hong Kong en sí, a la que llegamos en un ferry de la compañía Star, la misma que la del Titanic. Una vez en la isla, nos dedicamos a andar, a recorrer inmensos centros comerciales con las más modernas marcas y productos y mercados callejeros con nidos de golondrina, aletas de tiburón y otros productos que difícilmente sería capaz de describir. Por la tarde pudimos visitar un templo y ver el atardecer en el mítico Puerto Victoria.



Por la noche nos dimos una vuelta por la zona de copas Lan Kwai Fong y D'Aguilar Street. No puedo describir los bares, restaurantes y pubs que hay allí. Baste decir que en el barrio de Salamanca de Madrid no hubieran desentonado nada, ni en el diseño y fauna, ni en los precios, 6 euros la cerveza. Es el costo de la modernidad, pero os aseguro que viviendo en Vin Yenh se paga con gusto.

Al día siguiente volvimos a la isla y tomamos un funicular hasta la parte más alta, desde donde las vistas son magníficas. Aunque la isla está muy poblada, la parte urbanizada no ocupa mucho porque todos son rascacielos, y la mayor parte es un parque natural. Hicimos un recorrido por un sendero que bordea el pico más alto, the Peak, muy recomendable para hacerse una idea de la isla y de los alrededores. Después bajamos, tomamos un tranvía de dos pisos y fuimos al Causeway Bay, al este del centro. Era domingo, día libre de las emigrantes indonesias y filipinas. Nos bajamos del tranvía y de repente estábamos rodeados de cientos de mujeres, primero indonesias y después filipinas…

Volvimos al hotel, nos duchamos y estuvimos recorriendo el paseo marítimo de Kowloon, que es la parte del continente que está enfrente de la isla, donde estaba nuestro hotel y desde cuyo paseo marítimo las vistas de la isla y de sus edificios son magníficas, especialmente de noche. Recorrimos el paseo de las estrellas, que es como el de los Ángeles, solo que no conoces a ninguna de las estrellas salvo Jackie Chan y Bruce Lee, que tiene una estatua aquí, al parecer muy famosa.

Al día siguiente fuimos a la isla de Lantau en metro para visitar el Tian Tan Buddha (el Buda Gigante), al que se llega en teleférico. Espectacular el viaje, las vistas sobre el aeropuerto, construido todo en una isla artificial, y gigantesco el buda, de más de 30 metros de altura. Eso sí, a pesar de ser lunes, la cantidad de gente que había, incluida una señora de Valencia que se puso muy contenta cuando le dije que el Valencia había ganado y seguía siendo líder, le quita un poco de solemnidad al lugar, como también el aire de parque temático que le dan todas las tiendas de recuerdos. Pero bueno, también se veía gente rezando al Buda y en la parte de abajo pude aprender un poco de la vida del último Buda, Siddhartha Gautama. El Buda está representado en la posición (Mudra) de ausencia de miedo (Mano derecha levantada mostrando la palma).


Bueno, para resumir, el viaje fue fantástico. Me quedaron muchas cosas por ver. No visitamos ningún museo ni fuimos más allá de las calles principales de la isla y de Kowloon. Queda mucho para ver y no está tan lejos. Cuando me canse del “sabor” local, lo tengo claro, internet y billete para Hong Kong.


He colgado las fotos en Picasa, en esta dirección, por si queréis echarlas un vistazo

http://picasaweb.google.com/118393704446839592274/HongKong#

lunes, 11 de octubre de 2010

Metamorfosis I

Me estoy empezando a preocupar…

Quizá sea el momento de abandonar Vietnam

Estas cosas pasan así, sin darte cuenta. Un día te duele la espalda, otro día notas algo extraño en la piel y al día siguiente te has convertido en cucaracha gigante, como el personaje de Kafka en La Metamorfosis.

En mi caso no creo que me convierta en insecto, pero si que algún día empiece a comerlos, o carne de perro, que no se que es peor. Quizá empiece a circular en moto en dirección contraria, a no respetar jamás una cola, a beber alcohol solo de un trago y si es whisky de 21 años mejor o quizá empiece con la transformación física…

Socorro

¡¡¡¡¡¡Me estoy volviendo chino!!!!!!