Cimbrel Atlético de Hanoi

Aventuras de un socio del Atleti, colmenareño y naviego en extremo Oriente

miércoles, 17 de abril de 2013

Foto con dedicatoria

Hace poco un compañero mio en Vietnam, Sergio, especialista en queimadas, estuvo en España en una boda y coincidió con alguein muy conocido en el mundillo atlético... vaya con el Presidente Cerezo.

Le habló de mi, de que vivo en Vietnam, que soy socio del Atlético de Mdrid y de que mantengo viva la llama del Atleti en Vinh Yen Vinh Phuc y alrededores, inasequible al desaliento y al arroz, al madridismo y al barcelonismo que me rodea y del blog, atléticos de Hanoi.

Tengo que decir que poco a poco vamos siendo más adeptos y el domingo vi a un chico en bicicleta en mi calle completamente vestido del Atleti: Camiseta y pantalón.

Bueno, a lo que iba, que Sergio le pidió una foto para ponerla en el blog y Cerezo aceptó, como no podía ser de otra manera. Así que aquí está la prueba...



Presidente, el año que viene vendemos a Falcao o a Diego Costa, pero los dos a la vez como dice De La Morena.... No por Dios.


Aupa Atleti,  Quedan 10 días para por fin ganar al Madrid.

1 comentario:

  1. Por custiones meramente de confeccion de la página, casi parece el pie de esta foto : El frío de la Princesa Ban...pues no sé yo q le parecerá al Sr. Cerezo (un arbol , por otra parte, con mucha presencia en historias y leyendas de la cultura del pais del Sol Naciente). no me puedo controlar, es q me parece muy bonita, huerga decir que si le cambiamos el nombre de los personajes por otros relatados en tu blog , el resultado es cuánto menos ... simpático:
    con todo mi cariño para el Sr. Presidente:

    LA LEYENDA DEL CEREZO

    Cuenta una leyenda que hace cientos de años, en el antiguo Japón, cuando los señores feudales se debatían en feroces batallas, existía una zona de hermosos campos lleno de cerezos. Y precisamente en uno de esos campos maravillosos existía un árbol que pese a tener vida, sus ramas no florecían. La tristeza era su única compañía, porque ni animal ni hierba se acercaba por miedo a morir también.
    Una noche se le apareció un hada con bellas palabras que le ofreció su ayuda para que volviera a estar radiante y hermoso. Le ofreció practicarle un hechizo que duraría 20 años, en ese transcurso de tiempo debería emocionarse y sentir lo que siente el corazón de un humano. Para ello podía convertirse en humano y en árbol indistintamente. En el caso de no conseguirlo, moriría sin remedio. Y es así como, tras el hechizo, el árbol impaciente se volvió paciente por dos décadas.
    Casi cuando el plazo se iba a cumplir apareció una joven de quince años, pensó que esta dulce joven sería la salvación y que podría conquistar a quien le devolvería la primavera en forma de flor. Y fue así como Sakura, cuyo significado es Flor de cerezo, conoció a un hermoso joven llamado Yohiro (Esperanza), de largos cabellos dorados y ojos aguamarina. Conversaron por largo tiempo y descubrieron, bajo las ramas del cerezo, que compartían la afición por los libros.
    Al oscurecer, Sakura invitó a Yohiro a cenar en su casa, y entre conversación y conversación se dieron cuenta que su amistad se iba solidificando. Cuando tuvieron que separarse el silencio los invadió.
    Inesperadamente, esa misma noche, la madre de Sakura decidió cortar el cerezo seco y marchito. Yohiro sintió un miedo infinito al ver peligrar su esperanza de volver a ser árbol en flor. Sakura suplicó a su madre que soltara el hacha y le confió su secreto mejor guardado: El cerezo era su único amigo. Gracias a ese árbol ella había tenido las mejores tardes de lectura y conversaciones. Y fue precisamente bajo sus ramas rotas donde conoció el amor.
    De repente, misteriosamente, comenzó a brillar el árbol y todos fueron testigos de cómo el feo cerezo su apariencia cambiaba; como sus ramas marchitas y decaídas se tornaban en vigorosas, floreciendo las flores que en otro tiempo no existían.
    El hada, artífice del hechizo hacía dos décadas, dio a Yohiro la oportunidad de elegir entre la forma de humano o la de árbol. Y fue así como los dos jóvenes, abrazados, decidieron emprender otra aventura juntos. La hermosa aventura de amar.
    Y desde ese día el cerezo siempre permaneció en flor como símbolo de amistad y del amor que se profesaban Sakura y Yohiro.

    AUPA ATLETI!! (aunque lo de ganar al Real....)

    Un saludo y prometo firmemente nunca mas.. enrollarme tanto

    Marisa

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