Cimbrel Atlético de Hanoi

Aventuras de un socio del Atleti, colmenareño y naviego en extremo Oriente

viernes, 2 de noviembre de 2012

La vida continua



Hace tiempo que no escribo, aunque ya me voy acercando a la mítica cifra de las cien entradas, número que no está nada mal, esta es la número 96. Eso quiere decir que, a pesar de lo poco que escribo, llevo mucho tiempo en Vietnam. Este mes hará tres años que vine por primera vez. Uff…En este tiempo mi vietnamita ha mejorado muy poco.

La vida sigue, frenética en el trabajo, que me deja agotado para todo lo demás, como escribir en el blog o contestar los correos que alguno de vosotros me seguís mandando y tranquila en el resto (porque el trabajo me deja agotado). Además ahora Huòng trabaja muchos fines de semana, con lo que no tenemos oportunidad de ir a ningún sitio. De todas formas algo vamos haciendo, os doy algunos ejemplos:

El pasado doce de octubre también celebramos la fiesta nacional de España, seguro más que en España. Cuando estás en España es un día de fiesta más, pero cuando estás a catorce mil setecientos cincuenta kilómetros de Colmenar City (según el google earth) se celebra con un poco más de sentimiento, especialmente si ese sentimiento es potenciado con un par de jamones, una paella inmensa, queso manchego, lomo, salchichón, gazpacho, aceitunas y, detalle inmenso de la embajada, en la que se celebró la fiesta, una fabada. Vale que la fiesta era tarde noche y que la fabada no parece lo más apropiado, pero os propongo hacer la prueba: os alejáis 14.750 km de Asturias, estáis tres meses comiendo arroz y después os ponen una fabada para cenar ¿Quién le hace ascos? Yo no desde luego.

Desde aquí mi agradecimiento a la Embajada  por la fiesta tan agradable que preparó y, sobre todo, por invitarnos, a mí, a Huòng y a toda la troupe de Getinsa, que creo, éramos los más numerosos (y por la fabada claro).


El día veinte tres de octubre, una vez espoleado el sentido patrio y comprobado cuanto echamos de menos los jamones, organizamos un “cocktail” en la antigua casa, donde ahora están Juanjo, Rodrigo, Carlos y Fernando. Bajo la dirección artística de Juanjo y con la magnífica interpretación del salmorejo de Rodrigo, dimos cuenta de unos restos que amenazaban con ponerse malos debido a la humedad y el calor. Acabamos la fiesta bailando el cha ca cha del tren con María, la más joven de la troupe española de Vinh Yen.




Y por último, para espantar los malos espíritus de nuestro proyecto, que falta nos hace, organizamos el día 25 una queimada gallega, con orujo recién traido de Galicia, gracias a Sergio y Carlos, y con aguardiente de arroz. La hicimos de dos tipos para poder comparar, y el resultado fue que la queimada deorujo gallego ganó por goleada.

La queimada fue en un hotel de Vinh Yen, donde antes estuvimos dando cuenta con nuestros amigos coreanos de Posco y el Cliente (EPMU) de un poco de buffet vietnamita. El vino era español y también se acabó.

Aquí os dejo una foto de dos de Betanzos preparando la Queimada.


Por cierto que en esa fiesta descubrí el Gangnam style, que hace furor al menos por esta parte del mundo. No se si en España se conocerá. Os dejo un enlace a you tube.


Nosotros, para contrarrestar le dimos a Paquito el Chocolatero. Los coreanos y viets nos miraron con cara de preocupación.


Hay alguna novedad más, pero lo dejo para otra entrada, quizá mañana que no trabajo. Baste decir que Huòng ha aprendido a hacer unas tortillas españolas de escándalo y que ahora, casi todos los días, desayuna pincho de tortilla. También quiere que las cene, mi tío Manolo lo hacía, pero quizá sea demasiado.

1 comentario:

  1. ¡Qué bien os lo pasáis!
    El gangnam style también ha llegado a estas latitudes, no nos libramos.
    Un abrazo

    ResponderEliminar