Bueno, ya de paso el último médico se despachó con los clásicos: que si estás gordo, colesteroso, hipertenso, que adelgaces...en fin, espero que el arroz adelgace.
En mi ausencia las condiciones de vida en el proyecto han cambiado. Ya no tenemos casa en Hanoi y se trabaja todos los sábados, con lo que la posibilidad de hacer actividades interesantes y que merezca la pena contar en el blog se han reducido.
Ahora la tropa española está distrubuida por tres hoteles en Vin Yenh. Ventajas, no hay que levantarse a las 6, con las 7 es más que suficiente y además la hora del viaje de vuelta a Hanoi que teníamos antes, la puedes aprovechar para seguir trabajando.
Inconvenientes: en Vin Yenh no hay muchos sitios donde ir, ni con quien relacionarse fuera del trabajo, con lo que acabas un poco harto de estar siempre con la misma gente hablando de lo mismo (el trabajo).
De todas formas no es cierto que no haya donde ir. Me cuentan que se han aficionado a ir los domingos a jugar al golf a Tam Dao, un pueblo a 20 Km que está en las montañas y que, por tanto, es mucho más fresco. Mañana les acompañaré.
Igual termino aficionándome aquí al golf, lo que no hice en Carballiño, donde teníamos también un campo muy cercano, bastante barato y, además, había mucha afición entre la gente de la obra.
El nuevo hotel está bien. La habitación es amplia y más limpia que la del anterior,está equipada con nevera, ventilador, aire acondicionado, muchos cajones y un armario amplio,Internet muy rápido (recomiendo desde aquí una visita de Telefónica a Vietnam para que aprendan) y tiene una terraza, que da a un jardín con arboles enormes y a un lago. Ahora estoy escribiendo en la terraza.
Venían en el avión la gente de la prensa, el ex-jugador Pedro Pablo, algunos jugadores no conocidos (canteranos) y Gil Marín, con unas pintas...eso si, él en primera, y el resto en la perrera.
Bueno, espero que esto haya sido una buena premonición para esta segunda etapa en Vietnam, toda ayuda va a ser poca, me temo.
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