Eso dice el refrán popular que me
recordó mi amiga Mª Luz, el casado quiere casa, y nosotros por fin nos hemos
mudado a una casa. Ya era hora después de cuatro meses de casados. Y no es que
los compañeros de la antigua casa se portaran mal, no, que son todos muy
apañados, cada uno en su especialidad, eso sí, sino que la situación de recién
casado viviendo en una casa con otros tres tíos, por muy majos que sean, no la
terminaba de ver como ideal.
Pero al fin hemos encontrado una casa,
o mejor dicho, un apartamento, en el Viet Duc Financial Building de Vinh Yen, o
lo que es lo mismo, en el Edificio Financiero Vietnamita Alemán de Vinh Yen.
Como podéis ver está nuevo de
paquete y tiene un banco en los bajos. Me gustaría decir que el edificio aúna
lo mejor de los dos mundos, Vietnam y Alemania, Oriente y Occidente…pero no es
para tanto. Eso sí, está muy bien, sobre todo el precio, que es Vietnamita,
¡ah! Y en la octava planta tiene un bar. Eso no lo he tenido en ninguna de las
casas en las que he vivido. En Carballiño tenía un gimnasio y en Navia tengo
una tienda de tatuajes… pero un bar en la azotea, no está mal.
El piso está muy bien situado.
Enfrente tengo el Soiva Plaza, donde hay un supermercado bastante grande, en el
que me cobran lo mismo que a los Vietnamitas, porque las cajas funcionan con
código de barras, claro. Detrás del centro comercial se ven las montañas del
parque nacional de Tam Dao, donde trabaja Huóng. Está tres kilómetros más lejos del trabajo, cinco
minutos más en mi Honda Wave
El lugar también es seguro. En
realidad Vietnam es seguro, pero este área más si cabe porque, aparte del Banco
que tiene seguridad 24 horas ( el edificio también la tiene), estamos enfrente
del cuartel de la policía de la provincia de Vinh Phuc
Cómo podéis ver, aquí no se andan
con naderías cuando de edificios oficiales se trata.
Bueno, a lo que iba, el
apartamento tiene 130 m2 y nos lo han dado vacío (por el precio no
se podría esperar otra cosa), salvo el aire acondicionado y un calentador que
hemos tardado una semana de duchas de agua fría en saber cómo funciona.
Ya tenemos lo principal del
mobiliario: la cocina, que hemos arreglado con carpintería de aluminio y una
encimera de granito, la habitación, aunque todavía sin armario y la lavadora.
Nos queda el salón, aunque tenemos una televisión, eso sí, en el suelo, y el
armario para la ropa, que está todavía en las maletas y cajas. Por cierto, es
increíble cuantas cosas se pueden acumular en una sola habitación. Tuvimos que
alquilar un camión pequeño, por 8 euros i, para hacer la mudanza.
Aquí tenéis una foto de la cocina:
Y esta del sistema vietnamita de somieres de “lamas”:
Son listones de madera, rígidos,
sobre los que se pone un “colchón” de unos 10 cms de espesor, o una esterilla
de bambú. Yo he comprado un colchón, un lujo, pero es que voy para mayor.
Nos hemos venido con todos nuestros bichos y plantas, los
periquitos y los bonsáis, que me tienen fascinado:
Por supuesto nuestra casa sí que tiene lo mejor de nuestros
dos mundos, Vietnam y España. Aparte de
Huòng, que es de largo lo mejor de Vietnam, tenemos nuestras cenas, de comida
fusión por supuesto:
Pho Vietnamita de primero y de segundo merluza, o algo
similar, a la romana.
El miércoles que Huòng no trabajó, la cena fue totalmente
vietnamita:
Bueno, pues eso, que estáis todos invitados a probar nuestra
comida fusión en Vinh Yen Vinh Phuc, e incluso a dormir, de momento en el
suelo, pero un poco más adelante en una cama de lamas vietnamitas.
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