El pasado 30 de Octubre fue el
cumpleaños de Cristian.
Por supuesto tratamos de celebrarle como él se merece. Así
que dentro de la política de I+D +i (investigación, desarrollo e innovación)
que constantemente aplicamos a nuestros hábitos culinarios en Vietnam,
encargamos a José Ignacio, nuestro responsable de intendencia dada su habilidad
para interactuar en el mercado local, que nos consiguiera una parrilla y unos
langostinos. Eso unido a la localización de una fuente de carbón vegetal y con nuestra natural habilidad para la
construcción (todos somos ingenieros), nos montamos una parrilla en la puerta
de casa.
Dado que los langostinos quizá
fueran poca cosa, iniciamos una investigación en el interior de nuestra nevera,
encontrado unos chorizos gallegos, tiempo ha olvidados, que volvieron a la vida
al calor de las brasas.
Rematamos la faena con unos
bichitos intermedios entre las andaricas (nécoras) y las ñoclas (bueyes de mar), unos
calamares en su tinta con arroz blanco, una tortillita española y un poquito de jamón y lomo. Para beber un par de botellas de Valduero,
reserva Premium, año 2002 (de Ribera del Duero por supuesto) y de postre unos
panqueques con nata y, en honor al homenajeado, dulce de leche…
La vida a veces puede ser
agradable en Vietnam.
Como dice un compañero ¡esa
comida con buena compañía hubiera sido fantástica!
Seguiremos comiendo….
PD.- No adelgazo nada
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